El 31 de marzo de 1995, un trágico incidente conmovió al mundo de la música latina cuando Yolanda Saldívar, entonces presidenta del club de fans de la reconocida cantante tex mex Selena Quintanilla, gatilló un arma y acabó con la vida de la joven estrella.

En un giro sorprendente, Saldívar, quien se suponía era la mejor amiga de Selena, había estado involucrada en un engaño y un desfalco financiero, lo que llevó a una confrontación fatal. La mujer buscaba evitar ir a la cárcel y no pagar los alrededor de 200 mil dólares que había sustraído.

A pesar de su afirmación de que la muerte de Selena fue un accidente, Yolanda Saldívar fue condenada en Estados Unidos por asesinato en primer grado. Desde entonces, su vida ha estado marcada por la reclusión y el aislamiento.

Saldívar pasa la mayoría de sus días en la Unidad de Mountain View en Gatesville, Texas, manteniéndose alejada de otras reclusas debido a amenazas de muerte por parte de las fanáticas de Selena que también están encarceladas. Su rutina se desarrolla en una celda de dimensiones limitadas, donde realiza actividades físicas, trabaja como conserje y regresa a su encierro perpetuo.

 

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A pesar de los años transcurridos, su situación no ha experimentado cambios significativos, según Jeremy Desel, portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas. Desel se negó a dar detalles sobre las labores específicas de Saldívar como conserje, simplemente indicando que realiza tareas propias del puesto.

La posibilidad de libertad condicional se avecina para Yolanda Saldívar, que actualmente tiene 62 años. Según el Departamento de Justicia Criminal de Texas, en 2025 podrá solicitarla, pero el padre de Selena Quintanilla ha afirmado que la pena dictada podría extenderse hasta su fallecimiento, dejando en duda la perspectiva de su liberación.

El trágico episodio que desencadenó la muerte de Selena Quintanilla sigue siendo un tema de interés y debate. Según versiones, Saldívar habría engañado a Selena, llevándola a un hotel bajo falsos pretextos, lo que condujo a un enfrentamiento mortal. Las últimas palabras de Selena, «Yolanda Saldívar, habitación 158», quedaron grabadas en la memoria de quienes lamentaron su pérdida.

Este caso trágico continúa siendo un recordatorio de la fragilidad de la fama y las relaciones humanas, así como de las consecuencias devastadoras de la traición y la violencia.