En el mundo del entretenimiento, hay personas que brillan con un talento increíble y único. Tal es el caso de Rolando Brito, un actor que merece reconocimiento propio más allá de su vínculo con la famosa actriz cubanomexicana Livia Brito. Aunque la mayoría lo relacione como el padre de Livia, su trayectoria actoral trasciende fronteras y generaciones, dejando una huella imborrable en la pantalla.
Este 15 de mayo, Rolando Brito celebró su 66 cumpleaños, pero su legado se gestó mucho antes de que su hija se sumergiera en el mundo de las telenovelas mexicanas y conquistara las redes sociales. Nacido en Camagüey, Cuba, Brito deslumbró en el cine, la televisión y el teatro de su tierra natal. Aún antes de que Livia Brito se convirtiera en una celebridad con más de siete millones de seguidores en Instagram, la estrella de su padre ya brillaba intensamente.
Con una formación actoral que germinó en la Escuela Nacional de Arte Dramático de La Habana, Brito no solo marcó presencia en la televisión cubana, sino que también dejó su impronta en la gran pantalla y las tablas teatrales. A través de su rostro y habilidades, se convirtió en una figura recurrente en el escenario mediático de la isla.
Hace casi cuatro décadas, en la serie juvenil «Algo más que soñar» (1984), Brito encarnó a uno de los protagonistas principales, arrancando emociones con la memorable escena de la muerte de su personaje en un combate en África. Ese instante, donde pronuncia el nombre de su amada mientras es alcanzado por una bala, se incrustó en la memoria de los espectadores y lo estableció como un destacado intérprete de su generación.
En «Hermanos», otra serie icónica de época en la televisión cubana, Brito se transformó en Tomás Iznaga, hermano de ¡Lorencitoooo! (Rini Cruz), un personaje resentido y vengativo que dejó una huella imborrable en el panorama televisivo. La serie no solo marcó la popularidad de varias generaciones, sino que consolidó a Brito como un actor versátil capaz de dar vida a roles diversos.
El reconocimiento en su tierra natal no se hizo esperar. Brito fue honrado con premios que realzan su contribución al patrimonio cultural de Cuba, incluyendo la distinción por la Cultura Nacional. Sin embargo, su influencia también se extendió hacia México, donde reside actualmente, y donde ha trabajado en proyectos televisivos y ha compartido escenas con su hija Livia Brito.
Los lazos familiares se entrelazaron con las artes escénicas cuando ambos actores colaboraron en telenovelas como «Tres Veces Ana» (2016), «La Vecina» (2015), «De que te quiero, te quiero» (2013-2014) y la serie «La Piloto» (2017). La admiración mutua y el profundo respeto entre padre e hija se reflejan en cada escena compartida.
En una entrevista con People en Español, Livia Brito compartió cómo su padre se integró al elenco de la exitosa serie «La Piloto». El talento actoral de Rolando Brito no solo le abrió puertas, sino que también inspiró a su hija a seguir sus pasos y mantener viva la pasión familiar por la actuación.
A pesar de su prominente carrera, Rolando Brito es conocido por su discreción en un mundo donde los reflectores suelen dominar. En redes sociales, su presencia es limitada, pero su apoyo y orgullo hacia su hija son innegables.
A lo largo de su carrera cinematográfica, Brito asumió roles que resonaron en la audiencia y dejaron una marca en el cine cubano. Desde un Bolívar independentista hasta Mariano Martí en «El ojo del Canario» (2010), su habilidad para dar vida a personajes diversos es innegable.
Con más de 40 años de experiencia y una filmografía que abarca 14 películas, Rolando Brito es una figura trascendental en el mundo del entretenimiento. Más allá de los lazos familiares, su talento y dedicación perduran como un faro que ilumina el camino de nuevas generaciones de actores.