El nuevo agujero azul en el océano Pacífico es casi tan alto como la Torre Eiffel, dando la impresión de ser un monumento natural imponente.
Estos sumideros submarinos, conocidos como agujeros azules, pueden alcanzar alturas similares a los rascacielos, como es el caso de este descubrimiento reciente. Se cree que se formaron durante las últimas glaciaciones y se consideran ecosistemas ricos en vida vegetal y animal, conocidos como «puntos calientes ecológicos».
Este agujero azul en particular, llamado Taam Ja’ (que significa «aguas profundas» en maya), fue descubierto en 2021 y recientemente publicado en una revista científica revisada por pares. Se encuentra en las aguas poco profundas de la Bahía de Chetumal, en Yucatán, y se ha catalogado como el segundo agujero azul más grande del mundo.
Estas cuevas submarinas verticales albergan una diversidad impresionante de plantas y vida marina, incluyendo corales, tortugas marinas y tiburones. Taam Ja’, el recién descubierto agujero azul, presenta laderas empinadas con pendientes de casi 80 grados, añadiendo a su magnificencia.
El hallazgo de este agujero azul fue realizado por un equipo de científicos del ECOSUR (El Colegio de la Frontera Sur) que empleó inmersiones de buceo, muestras de agua y sondeos de eco-sonido. Determinaron que el agujero tiene una superficie de aproximadamente 13.690 metros cuadrados, con su entrada ubicada a menos de 5 metros bajo el nivel del mar. En esta zona, el agua experimenta cambios significativos en temperatura y salinidad. Los investigadores responsables del estudio destacan la importancia de futuras investigaciones para analizar la diversidad microbiana y comprender mejor la vida que habita en este entorno. Las paredes del agujero son prácticamente verticales, creando una estructura cónica impresionante cubierta de sedimentos, biopelículas y piedra caliza.
Hace algunos años, un equipo de investigadores chinos descubrió el agujero azul más profundo del mundo en el sur de China, conocido como Sansha Yongle (Agujero del Dragón en mandarín), el cual alcanza una impresionante profundidad de 300,89 metros. Aunque el agujero azul Taam Ja’ no logra superar esa marca, con una profundidad exacta de 274,4 metros, se acerca bastante. Según la NASA, es probable que el Gran Agujero Azul se haya formado durante la última Edad de Hielo, cuando los niveles del mar eran considerablemente más bajos. Antes de este descubrimiento, se pensaba que el agujero azul más profundo del mundo era el Dean’s Blue Hole en las Bahamas, con una profundidad de 202 metros.
Los agujeros azules ofrecen una ventana al pasado, permitiendo a los científicos obtener una instantánea de la vida que existió hace miles de años. La escasez de oxígeno y luz en estas cuevas submarinas favorece la conservación de fósiles, lo que permite la identificación de restos de especies extintas, como señalan los autores de este estudio.
Dado este reconocimiento, los investigadores anticipan un aumento en el número de visitantes en los próximos años. Aunque el agujero azul forma parte de la reserva estatal Santuario de Manatí, los expertos señalan que podrían ser necesarias medidas regulatorias para su protección y preservación.