La cinematografía cubana nos ha regalado joyas que trascienden fronteras, y una de esas joyas es «Conducta»
En el año 2014, los cines cubanos se llenaron de expectación cuando se anunció el estreno de «Conducta». Muchos esperaban una película más sobre la vida de jóvenes estudiantes y sus desafíos en la escuela, pero lo que encontraron fue mucho más profundo. A pesar del tiempo transcurrido, esta película continúa siendo una obra relevante que ha dejado una marca indeleble en la audiencia.
Bajo la dirección de Ernesto Daranas, «Conducta» emerge como una obra cinematográfica que trasciende las barreras culturales, brindándonos una conmovedora perspectiva del sistema educativo cubano.
La trama se centra en Chala, un niño habanero de 11 años que vive en un entorno marginal, junto a su madre quien enfrenta problemas de adicción, y se enfrenta a las adversidades de la vida entrenando perros de pelea para sobrevivir.
Pero «Conducta» no solo nos muestra la vida de Chala, sino también la relación con su maestra, Carmela, interpretada por la querida actriz cubana Alina Rodríguez en su último papel en la pantalla grande antes de su inesperado fallecimiento. Carmela, una figura maternal en la vida de Chala, encarna la lucha de una maestra dedicada que se enfrenta a los desafíos de su entorno.
En medio del caos de la vida de Chala, encuentra refugio y apoyo es su maestra, Carmela, a quien respeta y quiere profundamente. El compromiso y el respeto mutuo entre Carmela y Chala se vuelven el corazón de la película. Sin embargo, cuando Carmela se ve obligada a abandonar el aula por varios meses debido a una enfermedad, una nueva profesora se enfrenta al desafío de lidiar con la personalidad de Chala y lo traslada a una escuela de conducta.
El filme rápidamente capturó la atención de la audiencia nacional. Pero su salto al escenario internacional tuvo lugar en el Festival de Málaga, donde arrasó en la sección Territorio Latinoamericano, llevándose los premios a la mejor película, mejor dirección, el premio del público y reconocimientos a las actuaciones de sus dos protagonistas. Así comenzó su exitoso recorrido por el mundo, un recorrido que destacó la autenticidad de su elenco infantil, en su mayoría sin experiencia actoral previa, algunos procedentes de los mismos entornos marginales que retrataba la película.
El personaje de Chala, interpretado magistralmente por el joven actor Armando Valdés Freire, sin experiencia previa, cautiva con su autenticidad y vulnerabilidad. La naturalidad del elenco infantil mereció elogios de la crítica y un premio a la mejor actuación del conjunto de niños en la 17ª edición de Rencontres du Cinéma Sud-Americain de Marseille, en Francia.
La película aborda temas profundos y actuales, como la crítica al sistema educativo cubano, la importancia de la religión en la vida de las personas y la realidad de los barrios marginales de La Habana.
«Conducta» no es solo una película valiosa por su retrato digno y realista de los profesores, sino también por su capacidad para conectar con la audiencia a nivel universal. La dirección de Ernesto Daranas sumerge al espectador en los barrios de La Habana con una mirada tierna que encuentra belleza en la cotidianidad. La película ofrece una crítica constructiva, con un final abierto que invita a la reflexión.
A lo largo de su recorrido en festivales y premiaciones, «Conducta» ha ganado más de 30 premios y ha demostrado que su poder de empatía es universal, tocando los corazones de personas de diferentes culturas y nacionalidades. Esta película, con su mensaje profundo y actuaciones conmovedoras, se destaca como una joya del cine cubano que continúa resonando en todo el mundo.
«Conducta» es una película que ha dejado una huella imborrable en la historia del cine cubano y que sigue siendo un referente de la calidad cinematográfica del país. Su impacto perdura y su mensaje sigue siendo relevante, recordándonos la importancia de la educación y la compasión en un mundo lleno de desafíos.