La historia del astronauta Frank Rubio suena a algo sacado de una película de ciencia ficción, pero es una realidad asombrosa que se desarrolla en la Estación Espacial Internacional (EEI). Rubio, un estadounidense de 47 años con raíces salvadoreñas, ha quedado atrapado en el espacio durante varios meses debido a dificultades técnicas en la nave que debería llevarlo de regreso a la Tierra.
Rubio, quien nació en Los Ángeles, ha sido un embajador de su herencia salvadoreña en el espacio. En una entrevista realizada desde la EEI, ubicada a unos 400 kilómetros de nuestro planeta, expresó su confianza en que «muchos hispanos tendrán oportunidades» en la investigación espacial en los próximos años. Esta visión va más allá de su propia situación y señala hacia un futuro más inclusivo y diverso en la exploración del espacio.
A pesar de los desafíos, Rubio mantiene un tono optimista. Lleva cerca de 6 meses en la EEI, y se espera que esta duración se duplique, lo que podría convertirlo en el primer astronauta estadounidense e hispano en pasar un año completo en el espacio.
El viaje de Rubio no ha estado exento de contratiempos. Una fuga de refrigerante en la nave Soyuz, que debería llevarlo de regreso a la Tierra, le ha impedido volver a casa. Aunque no se han proporcionado detalles sobre la solución, Rubio ha transmitido que hay esperanzas de resolverlo en el futuro cercano.
Vivir en la EEI ha sido un proceso de adaptación para Frank. La ingravidez y el trabajo intenso han sido desafiantes, pero él ha encontrado el lado positivo. Aprendió ruso para comunicarse con sus colegas rusos y descubrió que su habilidad con el español, su lengua materna, facilitó el aprendizaje.