Bebé morsa recibe amor y atención constante para sobrevivir en Alaska
En las heladas tierras de Alaska, un pequeño y raro bebé morsa fue descubierto vagando solo en el interior del territorio, muy lejos de las aguas oceánicas que usualmente ocupan estos majestuosos mamíferos marinos. El acontecimiento tuvo lugar la semana pasada, cuando el ejemplar, que pesa aproximadamente 140 libras y se estima que tiene apenas un mes de vida, fue avistado en la región de North Slope, a unas cuatro millas tierra adentro desde el Mar de Beaufort.
Expertos del Alaska SeaLife Center, quienes atendieron la situación, se mostraron perplejos ante este singular evento, ya que es inusual encontrar a las morsas del Pacífico alejadas de su hábitat natural, en el océano o a lo largo de la costa oeste. Ante la ausencia de la madre o cualquier otro adulto de su especie, se optó por intervenir para asegurar la supervivencia del pequeño mamífero, cuya vida está completamente ligada al cuidado materno durante los dos primeros años de su existencia.
❗Walrus Calf Patient Update❗
Our team was able to get an official weight on the walrus calf patient, originally estimated to be 200 pounds. He is currently weighing in at 64 kgs, or close to 140 pounds. pic.twitter.com/VjNMbBXced
— Alaska SeaLife Center (@AlaskaSeaLife) August 6, 2023
El centro de rescate informó que este es el primer paciente de morsa en cuatro años y apenas el décimo ejemplar admitido en sus 25 años de historia. La rareza del caso hizo que los especialistas dedicaran todos sus esfuerzos a cuidar de esta adorable cría.
El pequeño morsa fue trasladado a un almacén, donde pasó la noche bajo estricta supervisión antes de ser llevado en avión a las instalaciones del Alaska SeaLife Center. El equipo médico constató que el bebé mostraba signos de deshidratación, posible malnutrición y presentaba una inflamación en uno de sus ojos.
Para brindarle la atención que requería, los especialistas decidieron aplicar una táctica poco convencional pero efectiva: el amor y los abrazos. La morsa bebé, ahora bajo constante vigilancia, recibe cuidados 24 horas al día, con el objetivo de emular la cercanía materna a través del constante contacto y afecto. Los abrazos continuos buscan mantenerlo tranquilo y favorecer su desarrollo saludable.
Gracias a este tratamiento tan especial, el pequeño morsa ha mostrado señales positivas de recuperación. Continúa alimentándose bien y se mantiene alerta, según la más reciente actualización publicada en la página de Facebook del Alaska SeaLife Center.