En el corazón de la vibrante escena musical cubana, un nombre brilló con fuerza desde principios de los años 2000 hasta el año 2009: Gardi Vázquez Suárez, conocido simplemente como Gardi. Este talentoso cantante y compositor cubano dejó una huella imborrable en la música de la isla, cautivando a audiencias con su pasión por la salsa y su voz inconfundible.
Desde temprana edad, Gardi mostró su innato talento musical. Sus padres, quienes reconocieron su potencial, lo alentaron a subirse a los escenarios desde que era apenas un niño. Su conexión con la música era innegable, y a medida que crecía, sus pasos lo llevaron a adentrarse en el mundo del arte con determinación.
Su formación musical se consolidó en el Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana, donde compartió escenario con grandes de la música cubana. A lo largo de su carrera, colaboró con diversas agrupaciones y orquestas, demostrando su versatilidad interpretativa. Sin embargo, en 2001, decidió formar su propia banda, Gardi y su Orquesta, marcando un punto de inflexión.
En 2002, lanzó su primer álbum homónimo bajo el sello discográfico Bis Music, que incluyó éxitos como «Cuéntales» y «Sé que mientes». Su música resonó en toda Cuba, estableciéndolo como un artista influyente. Su segundo álbum, «Lo que tu querías» (2008), consolidó su posición en la escena musical con temas populares como «Quién te dijo».
En los años dorados, alrededor de 2008-2009, cuando sus canciones se adueñaban de las listas de éxitos y su música era la banda sonora de innumerables vidas, una tormenta personal se cernía sobre él: el cáncer de su padre. Gardi en una entrevista en el programa «Dimelo Charly «confesó que esta noticia fue un golpe aplastante que transformó su existencia y cambió el rumbo de su carrera.
«La enfermedad de cáncer de mi padre… un choque demasiado violento para mí», expresó Gardi. La noticia llegó como un golpe aplastante a finales de 2008. La lucha contra el cáncer de su padre se convirtió en el centro de su vida, desplazando su carrera musical. «Mi padre me enteró que tiene cáncer», relata, y ese fue el momento en que todo cambió. En Cuba, la verdad a menudo estaba velada por palabras de aliento, y la cruda realidad era difícil de enfrentar.
La perspectiva de perder a su padre lo obligó a replantear sus prioridades. Si bien amaba la música y su carrera florecía, Gardi sintió la urgente necesidad de dedicar tiempo a su familia, especialmente a su padre en sus últimos momentos. «Tenía que dedicarle mucho más tiempo a mi familia y a mi papá», dice con emoción. La música, una vez su pasión ardiente, fue relegada al segundo plano. «Soy el responsable 100% de lo que pasó», admite Gardi, llevando consigo la carga del retiro autoimpuesto.
La lucha de Gardi con esta triste realidad impactó su música y su ritmo de vida. «Perdí un poco el interés», admitió. Aunque no dejó completamente de tocar, sus seguidores y compañeros músicos notaron que ya no era el mismo artista vibrante y enérgico que una vez fue.
El año 2009 marcó un momento oscuro en la vida de Gardi. Su padre falleció, dejándolo con un profundo vacío. «Eso me acabó la vida, transformó mi vida para siempre», admite con la voz entrecortada. Pero la tragedia no terminó ahí. La madre de Gardi también cayó presa de la tristeza, sufriendo una depresión que la llevó a un deterioro emocional. La partida de su padre fue una herida que no sanó, afectando a su madre de manera profunda.
El cantante describió cómo la enfermedad de su madre la consumió gradualmente, convirtiéndose en una situación difícil de enfrentar. La necesidad de estar junto a su madre durante estos momentos oscuros fue abrumadora, y Gardi se vio incapaz de mantener su carrera musical en ese momento. Los años que siguieron fueron testigos de una lucha silenciosa y dolorosa mientras Gardi acompañaba a su madre en su batalla contra la enfermedad. Finalmente, años después, la madre de Gardi falleció, poniendo fin a su dolorosa travesía.
La vida le arrebató su mejor momento, pero también le enseñó lecciones invaluables sobre la importancia de la familia y el amor. Aunque la música se desvaneció durante un tiempo, su espíritu resiliente está listo para renacer de las cenizas y volver a mover corazones con su talento único.